Escribí este comentario cuando leí el artículo:

en el cual el premio Nobel de Literatura Abdulrazak Gurnah emitía una opinión descalificadora de la presencia de España en América.
Hoy me encuentro que dicho artículo ya no se encuentra en Internet; desconozco la razón por la que fue eliminado, espero que haya sido porque el señor Gurnah haya reconocido lo improcedente de sus
palabras sobre España.
Ello no quita el que yo repita el mismo comentario, pero ahora dirigido a todas esas personas con una importante posición e influencia pública: unas con el único propósito de «echar balones fuera», es decir, lograr que su pueblo busque fuera los culpables de las desgracias que viven, evitando que logren comprender que los culpables son precisamente quienes les hacen mirar a otro lado; y otras que, sin ninguna intención interesada, simplemente se dejan llevar por una ecuación muy simplista: si Johnny English, Louis Francoise, Noah Nederlanden y Uncle Sam cometieron las masacres que cometieron ¿Cómo no vamos a pensar lo mismo de Manolito España?

Algo así le sucedió al Nobel Gurmah, quien se apoyó simplemente en:
1) su mala experiencia con la colonización inglesa de su país,
2) en cómo fue tratado los primeros años que vivió en Inglaterra y
3) en las palabras del presidente mexicano exigiendo al rey Felipe VI que pidiera perdón
¡¡Tremendos argumentos para ser un premio Nobel!!

El señor Gurnah y muchas personas se limitan a:
1) generalizar que todas las colonizaciones son iguales, y toman como referencia la que ellos han conocido,
2) dar por bueno lo que han oído como leyenda antiespañola,
3) y no saber distinguir “colonizar” de “civilizar”.

El DRAE lo dice bien claro: Colonizar: “1. Formar o establecer colonia en un país. |2. Fijar en un terreno la morada de sus cultivadores”.
Civilizar: “1. Elevar el nivel cultural de sociedades poco adelantadas. |2. Mejorar la formación y comportamiento de personas o grupos sociales”.

Ser universalmente conocido como premio Nobel, como científico, como escritor, incluso como presidente de una nación, etc., implica medir muchísimo las palabras, pues las mismas recorren todo el planeta y no se puede hacer afirmaciones baratas, basadas en experiencias o sentimientos personales o en chismes ajenos; pues el efecto mariposa acaba siendo un boomerang que, después de dañar masivamente, acaba destrozando al que lanzó la basura.

Todas esas personas, antes de hacer tal afirmación insultante hacia un país que se entregó en cuerpo y alma a civilizar el continente americano en el que unos estaban en la edad de piedra y otros en el neolítico, deberían haber investigado un poco más y se hubieran encontrado las opiniones de no-españoles alabando la labor de España en América:

Alexander von Humboldt:
“Admiro entre los habitantes de estos lejanos parajes esa lealtad, esa sencillez, esa mezcla de autoridad y de afabilidad, bondad y honradez en el carácter y en el comportamiento, que ha sido siempre característica de la nación española. Si las luces no están muy extendidas, mucho menos lo está la inmoralidad. Los caminos de Europa son más peligrosos que los de la España americana, por la gran paz que hay en esta. (…) Cuanto más vivo en las colonias españolas, más me gustan. Al regresar a Europa me desespañolizaré con gran pesar. Es preferible el régimen paternalista español a la destrucción implacable que se está produciendo en el Norte en nombre del progreso”.

Charles F. Lummis:
«No solo fueron los españoles los primeros conquistadores del Nuevo Mundo, sino también sus primeros civilizadores. Ellos construyeron las primeras ciudades, las primeras iglesias, escuelas y Universidades, montaron las primeras imprentas y publicaron los primeros libros; escribieron los primeros diccionarios, historias y geografías, y trajeron los primeros profesores y misioneros. Una de las cosas más asombrosas de los españoles, es el espíritu humanitario y progresivo que desde el principio hasta el fin caracterizó sus instituciones.
Algunas historias han pintado a esta heroica nación como cruel para los indios; pero la verdad es que la conducta de España en este particular a nosotros debería avergonzarnos. La legislación española referente a los indios de todas partes, era incomparablemente más extensa, comprensiva, sistemática y humanitaria que la de la Gran Bretaña, la de las Colonias y la de Estados Unidos juntas.
Toda la epopeya americana de la Conquista del Oeste es un juego de niños comparado con un sólo episodio de las gestas de los españoles en América».

Sverker Arnoldsson:
“La leyenda negra antiespañola es la mayor alucinación colectiva de Occidente. Los historiadores han estado más atentos a la literatura y los textos propagandísticos antiespañoles que a los documentos y los datos referidos a la economía o la organización de la cosa pública».

Herbert Eugene Bolton:
«Se debe admitir que el éxito de España permanece como una fuerza que hizo posible la preservación de los indios, en oposición a su destrucción que fue tan característica de la frontera angloamericana.»

Un conocido jefe apache:
«Yo, Jerónimo, nací apache y español. Mis lenguas maternas fueron mi dialecto apache y la lengua de Castilla. De niño pequeño fui bautizado católico y fui a la escuela del Rey en las misiones franciscanas. Mientras los apaches éramos españoles, vivíamos en paz y éramos leales al Rey. El mismo día que supimos que ya no éramos españoles, sino mexicanos, empezaron nuestros problemas con el Gobierno. Benito Juárez, masacró a nuestras mujeres y niños para usurpar nuestros desiertos llenos de minerales valiosos. Y después nos traicionó, pues éramos mexicanos y nos vendieron a los gringos como si fuéramos ganado. Los gringos nos extinguieron como etnia y nación hispánica.»

[Ciudadano Andrés Manuel López Obrador (o Manuel Andrés López Obrador) y ciudadana Claudia Sheinbaum; antes de exigir a España que pida perdón por algo que no hizo, pidan ustedes perdón a los apaches y luego exijan a Estados Unidos que pida perdón por robarles la mitad del territorio que ustedes heredaron de España]

Alfonso Borrego:
Descendiente directo del jefe apache Jerónimo preside una asociación que reivindica la acción creadora de España comparada con la acción depredadora de anglo-americanos e incluso de gobiernos mexicanos.

Erasmus Darwin (médico;naturalista;fisiólogo, y filósofo, abuelo paterno de Charles Darwin):
“En mis viajes por el vasto imperio español me he asombrado de cómo los españoles tratan a los indios, como a sus pares, incluso formando familias mestizas y creando hospitales y universidades para ellos, he conocido alcaldes y obispos indígenas y hasta militares, lo cual redunda en la paz social, el bienestar y la felicidad general que ya quisiéramos para nosotros en los territorios que con tanto esfuerzo les estamos arrebatando.
Parece que las brumas de Londres nublan nuestros corazones y mentes, mientras que la claridad de la soleada España te hace ver y escuchar mejor a Dios.
Sus Señorías [del Parlamento inglés] deberían considerar la política de despoblación y exterminio ya que claramente la fe y la inteligencia españolas están construyendo, no como nosotros un imperio de muerte, sino una sociedad civilizada que finalmente acabará imponiéndose como por mandato divino. España es la sabia Grecia, la Roma imperial, Inglaterra el corsario turco”.

Presidente John F. Kennedy:
“Siempre he pensado que una de las grandes omisiones de los americanos en este país, en lo que se refiere a su pasado, ha sido el desconocimiento en su totalidad de la influencia, exploración y desarrollo españoles a lo largo del siglo XVI en el sudeste de los Estados Unidos, lo que constituye una historia formidable. Desgraciadamente, demasiados americanos piensan que América fue descubierta en 1620 y se olvidan de la formidable aventura que tuvo lugar durante el siglo XVI y principios del XVII en el sur y en el sureste de los Estados Unidos.”

Walter Whitman:
“Los americanos tenemos todavía mucho que aprender de nuestro pasado. Hasta ahora, deslumbrados por los escritores y profesores de Nueva Inglaterra, nos hemos abandonado tácitamente a la idea de que solo las Islas Británicas dieron origen a los Estados Unidos, conformando en esencia una segunda Inglaterra, lo que es un error inmenso.
Para la compleja identidad americana del futuro, será el carácter hispano el que aporte sus aspectos más necesarios. Ningún legado exhibe una mayor carga histórica, ni es comparable con su religiosidad y lealtad, o con su patriotismo, valor, decoro, seriedad y honor”.

Presidente Theodore Roosevelt:
“La Fe católica inspiró aquella espléndida floración del tiempo de los Reyes Católicos, de energías intelectuales y morales más exuberantes que las de los bosques vírgenes de esta América; de aquellos frutos sazonados del siglo de oro español; ella creó el carácter hispano, robusto y viril, noble y generoso, grave y valiente hasta la temeridad; los sentimientos caballerescos de aquella raza potente de héroes, sabios, santos y guerreros, que nos parecen hoy legendarios; de aquellos corazones indomables, de aquellas voluntades de hierro, de aquellos aventureros nobles y plebeyos, que con pobres barcos de madera, corrían a doblar la tierra y a ensanchar el espacio, limitando esféricamente el Globo y completando el planeta y abriendo, a través del Atlántico, nuevos cielos y nuevas tierras.
Su fe movió a esa raza española, que ha hecho lo que ningún otro pueblo: descubrir un mundo y ofrecérselo a Dios, que se lo concedió. Fue un fraile español, el padre Las Casas, el que inspiró las Leyes de Indias, tan paternales, para que los españoles, con la transfusión de su sangre, de su vida y de su Fe, implantaran en nuestro suelo una civilización muy distinta de la de otros pueblos conquistadores, más humanitaria que la que mata y esclaviza razas, como han hecho los franceses y los ingleses, y nosotros mismos con los indios en Norteamérica”

Edgar Sanderson:
“El honor de dar América al mundo, el consiguiente engrandecimiento de España, acaecido en lo sucesivo con nuevas aportaciones territoriales a costa de una exploración secular no igualada por ninguna otra nación en región alguna y que constituye en conjunto la más maravillosa serie de valientes proezas que registra la Historia, suscitó a la larga la animadversión en la mayor parte de la naciones europeas y no se perdonó medio para contrarrestar la grandeza del glorioso pueblo que, llevado por su intrepidez al otro lado del «Mar Tenebroso»… había hallado y estaba colonizando un nuevo Mundo. Tal leyenda colonial antiespañola no ha podido, sin embargo, resistir al fulgor de la verdad aportado por nuevas y desapasionadas investigaciones, el cual ha iluminado y continúa esclareciendo el fondo de crasa ignorancia a veces de mala fe que había, no ya en plumíferos de baja estofa, sino en historiadores de renombre universal”.

Es una pena que después de 150.000 años de existencia del homo-sapiens, siga reinando el egocentrismo, el tribalismo, la envidia y la incapacidad de ser agradecidos.
España reconoce y agradece el beneficioso hacer de muchos no-españoles; pero es increíble la cantidad de humanos que son incapaces de reconocer y agradecer el inmenso cambio positivo que España dio a la humanidad a partir de aquellos arriesgadísimos viajes y demostrando que se puede convivir con seres de otras razas, creencias y costumbres, creando un nuevo pueblo, bello en lo físico y honestos en las relaciones… hasta que cayeron en manos de los no-españoles.